Cuando se trata de permanencia o duración del aroma, el perfume es casi como un organismo vivo: es extremadamente sensible a los cambios ambientales. Pasar de un ambiente frío a otro cálido puede afectar, de hecho, los cambios de temperatura desencadenan reacciones químicas inesperadas dentro de los ingredientes naturales y, por lo tanto, envejecen el perfume más rápido. Dejar un aroma cítrico en el baño lleno de vapor, por ejemplo, perjudica su frescura y puede hacer que sus notas se perciban muy diferentes. Los rayos ultravioletas también pueden alterar el color de un perfume, convirtiendo los tonos ámbar en verdes, advierte.