La aplicación de aftershave después del afeitado es un paso esencial en la rutina de aseo de cualquier hombre. No sólo ayuda a calmar e hidratar la piel, sino que también aporta un acabado refrescante a la experiencia del afeitado. Para asegurarte de que sacas el máximo partido a tu aftershave, sigue estos sencillos pasos.  

En primer lugar, asegúrate de que tienes la cara limpia y seca antes de aplicarte el aftershave. De este modo, la piel absorberá mejor el producto. Después del afeitado, sécate suavemente la cara con una toalla limpia, con cuidado de no irritar las zonas sensibles. A continuación, pon una pequeña cantidad de aftershave en la palma de la mano. Recuerda que un poco da para mucho, así que empieza con una cantidad del tamaño de una moneda y ve ajustando según sea necesario. Frótate las manos para calentar el producto antes de aplicártelo en la cara. Con las yemas de los dedos, masajea suavemente la piel con movimientos circulares.  

Empieza por el centro del rostro y continúa hacia el exterior, prestando especial atención a las zonas más propensas a la irritación, como el cuello y la mandíbula. De este modo se favorece la circulación sanguínea y se garantiza una distribución uniforme del producto. Por último, deja que la piel absorba completamente el aftershave antes de aplicarte otros productos o tocarte la cara. De este modo, los ingredientes del aftershave tendrán tiempo de actuar y proporcionar los máximos beneficios.  

Recuerda que el aftershave no es sólo para oler bien. Se trata de cuidar la piel y garantizar que se mantenga sana e hidratada. Así que tómate unos minutos más después del afeitado para aplicarte correctamente el aftershave y disfrutar de sus beneficios refrescantes y calmantes. Tu piel te lo agradecerá.